Pacto por el crecimiento

Interesante la propuesta del exministro Carranza de replicar un pacto a lo Moncloa, pero a favor del crecimiento.

Fecha Actualización

21/08/2019 - 20:50

Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Interesante la propuesta del exministro Carranza de replicar un pacto a lo Moncloa, pero a favor del crecimiento.

Así, recordaba que en la década del 90 existió un acuerdo nacional implícito por la estabilidad, la disciplina fiscal y la liberación de los mercados luego del desastre hiperinflacionario por el que habíamos pasado. Mientras que en los últimos años hemos tenido consenso, durante varios gobiernos, a favor de la integración a la economía mundial, lo cual ya se ha consolidado.

Ahora, lo que se requiere es que estemos de acuerdo en asegurar un crecimiento adecuado. Más aún considerando el dinamismo de una clase media que está emergiendo y que aún tiene para rato antes de tocar techo. Podríamos sostener tasas del orden del 8-9 % durante muchos años.

Para ello, sería fundamental lograr un marco que facilite y acelere flujos considerables de inversión, tanto públicos como privados, para desterrar la camisa de fuerza de tener una infraestructura inadecuada que nos mantiene frenados. En realidad, ni bien llegamos a esos niveles de crecimiento, empiezan los apagones porque las líneas de transmisión no se dan abasto o se generan costosos retrasos ante el congestionamiento portuario.

Lamentablemente, la clase política aún no acepta que el sector privado puede aportar y está dispuesta a tener a la población sin agua o a los presos hacinados solo para mantener el monopolio del Estado. Supongo que es tentador para el gobierno de turno manejar planillas en las empresas públicas y otorgar contratos.

Incluso, los políticos siempre creen, equivocadamente, que la inauguración de una obra estatal les da más potencial electoral que el crecimiento general, cuando es lo contrario. Una población optimista sobre su futuro será más generosa con quien los está gobernando que una que los ve –luego de haber inaugurado– inevitablemente envueltos en escándalos.

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