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"Soy redondita, como les gusta a los peruanos"
Modelo, conductora de TV, actriz y, hoy, conductora radial. Camucha Negrete, ex sex symbol nacional, es una mil oficios que busca mantenerse vigente.
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Camucha Negrete,ActrizAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com
Camucha Negrete fue una de las mujeres más deseadas de nuestro país, al punto que encarnó a 'La Brasileña', el personaje que le hace perder la razón a Pantaleón Pantoja en la primera versión fílmica de Pantaleón y las visitadoras. Acaba de estrenar Recordar es volver a vivir, programa que va de lunes a viernes, de 9 a 12 a.m., por radio La Inolvidable (93.7 FM).
¿Recordar es volver a vivir?Por supuesto. No vivo de mis recuerdos, pero ellos están latentes. Si conservo cosas del pasado, son las positivas. Lo malo lo desecho.
Fuiste una sex symbol…Dicen, ¿no? (ríe). Ese rol me encantaba. Pero no era una loca, una bandolera. Yo no hacía nada especial para ser sex symbol. Sucede que soy así: juguetona, bromista, apasionada, sin poses de diva.
Eras un objeto de deseo…Allá los tontos (ríe). Nunca hice nada para que eso sucediese. Yo me mostraba como era. Es más, hasta ahora sigo igual: no soy prefabricada, soy así, como me ves.
No en vano fuiste 'La Brasileña' en la primera versión de Pantaleón y las visitadoras…Respondo a los gustos de los peruanos, soy una mujer redondita. Las mujeres somos las que queremos estar delgadas, pero ustedes nos prefieren carnosas, redonditas. Igual, debo confesar que sí hago dieta y ejercicios (risas).
Fuiste modelo y vedette…Modelo, sí; vedette, no. Soy muy mala cantando. Tampoco soy una buena bailarina. Es decir, no fui vedette no porque no quisiese, sino por falta de talento, lo reconozco (risas). Si hubiese sido vedette, mi carrera habría sido linda. Es más, creo que he tenido, en todo lo que he hecho, una carrera linda… y no te digo de cuántos años para que no saques mi edad (risas). Tengo una acumulación de juventud.
Eres una mujer muy vivida…Sí. Enviudé a los 17 años. Ya tenía dos hijos. Y no empecé temprano por bandolera sino por inocente (ríe). Estuve interna en un colegio, y ni allí ni en casa se hablaba de sexo pues era un tema tabú. Por eso caí, pero fui feliz.
¿Has vivido más cosas buenas que malas?Sí. Tengo que agradecerle mucho a Dios pues me considero feliz, a pesar de los problemas que tuve. Tengo un esposo buenísimo, con quien llevo 37 años. Él ha sido muy inteligente pues yo era impetuosa, una dictadora. No sé en qué momento me transformó. Antes yo decía y hacía y no pedía permiso para nada. Hoy somos una pareja linda.
Tienes un iPad. Estás al día en la tecnología…Perdóname, soy una abuela moderna. Yo no saco mis recuerdos de un baúl, los saco de mi mochila (risas). Con mis hijos y nietos tengo mucha confianza pues, aunque soy muy creyente, tengo una mente abierta, muy amplia, nada cucufata. No juzgo a nadie, todos tienen derecho a hacer su vida. Por eso no me gusta que se metan conmigo, que me maltraten.
¿Cómo ves el mundo del espectáculo?Me da pena, pero no podemos meter a todos en la misma bolsa. En mi época nos cuidábamos mucho. No evitábamos los ampays porque no teníamos una vida tan azarosa.
Es decir, si por entonces te seguía en busca de un destape, no te encontraba nada…Tal vez. Tuve mis romances. Recuerda que era una jovencita, tenía 17 años, acababa de enviudar y vivía como cualquier persona. He tenido mis romances, pero no muchos, porque duraban bastante tiempo. Es más, las personas con las que salí hasta ahora me aman: somos amigos, me defienden.
¿Eres la misma en la radio y en tu casa?Sí, pero no tengo la necesidad de llegar a los extremos pues la gente que me rodea sabe que puedo explotar. Siempre me he juntado con quien me ha dado la gana y, ahora que soy mayor, he optado por mi tranquilidad. Evito el raje, el chisme; si los escucho, me voy. Me gusta la gente transparente y buena porque yo lo soy. Me pueden agarrar de idiota, pero si los descubro no me ven jamás.
Me gustaba la imitación que de ti hacía 'Chibolín'…Esa mierda (risas). No me hace daño que me imiten; al contrario, porque no se imita a quien no vale, pero lo que me molestó de 'Chibolín' fue que me creó una imagen de persona soberbia, mandona, racista. Cómo serlo si, aquí, el que no tiene de inga tiene de mandinga. Mi piel no es blanca, no me interesa que lo sea, pero soy regia, ¿no? (risas). Si me peleé y me fui de Utilísima (el magazine femenino que condujo en los 90) fue porque, en la segunda etapa del programa, todo era sexo.
¿Quieres jubilarte?Ay, por favor, ¿ya no me quieres? Eres malo. Yo estoy envejeciendo bonito, con dignidad; es más, ni me doy cuenta. Si tengo que irme a bailar, me pongo mi Voltarén (ríe). Si tengo que estirarme, lo haré, pero no tiene nada de malo presentarse como una persona mayor. ¡Soy una actriz!
AUTOFICHA
- Fui una modelo A1. Soy muy mala cantando. Tampoco soy una buena bailarina. No fui vedette no porque no quisiese, sino por falta de talento, lo reconozco (risas).
- Era una dictadora, pero mi esposo me ha transformado. Cuando discutimos evito el conflicto, cojo mis cosas y me voy.
- En la radio estoy feliz, me he comprometido a no hacer otra cosa durante seis meses. La comunicación con la gente es casi familiar, de mucha confianza.
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