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Alcalde de Ate cierra negocios, pero en su propiedad realizan masajes insalubres
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En el stand 219 del centro comercial Las Brisas de Ate funciona un servicio de masajes que brilla por su informalidad. El lugar es una pequeña habitación que puede ser un depósito, iluminada tenuemente por un fluorescente, los cables de luz están expuestos, las mayólicas de las paredes están sucias y la camilla está húmeda con el sudor de los clientes.
Este negocio opera diariamente así, ningún funcionario municipal se asoma a fiscalizarlo o siquiera clausurarlo, como lo han hecho con otros comercios formales. El alcalde Franco Vidal, quien se jacta de ser estricto con las ordenanzas, conoce muy bien de su existencia porque ese puesto de casi 6 m2 es de su propiedad.
Perú21 constató que todo el procedimiento es insalubre. Sobre la camilla se ubica una hoja de papel en la cabecera para que las personas se echen boca abajo con el torso desnudo. No hay una toalla limpia o alguna tela que la separe del cuerpo.
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Para las ventosas, el tratamiento en el que se usan pocillos como chupones para descontracturar la espalda, se utilizan vasos caseros.
La ronda de masajes por S/20 es de media hora y, para culminar la faena, la masajista llama al supuesto dueño para dar el último toque: tronar el cuello, una delicada práctica que con un mal movimiento puede generar consecuencias irreparables.
Es así que llega un hombre apurado, con mirada desconfiada, delgado, vestido en jean, gorro negro y una bata azul encima. No luce como un especialista.
Pone de pie al cliente, se ubica detrás de él y usa sus manos para moverle el cuello de izquierda a derecha hasta conseguir que los huesos crujan. “Listo”, exclama tras lograrlo.
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Cuando postuló a la alcaldía de Ate, en 2022, Vidal declaró al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) este local como suyo, valorizado en S/4,100.
En los registros de la Sunarp, el bien figura aún a nombre de Constructora e Inmobiliaria DAR S.A. No obstante, desde la empresa indicaron que ese stand fue comprado por la familia Vidal en 1996 y que, 20 años después, en 2016, iniciaron las gestiones para la titulación.
“Posteriormente, Franco Vidal presentó la documentación para que ese puesto figure a nombre de él”, indicó a este diario un representante de la compañía.
Las imágenes del servicio de masajes tomadas por este diario fueron mostradas al fisioterapeuta Eder Muñoz, con 18 años de experiencia en el rubro, quien sostuvo que no se cumplen con los requisitos para brindar una digna experiencia.
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“Un profesional no podría utilizar esos implementos porque no es el material adecuado”, recalcó.
Es decir, el alcalde de 28 años que clausura centros comerciales y restaurantes alegando incumplimientos municipales mantiene a flote un negocio que se burla día a día de los estándares básicos de higiene y salubridad.
Sus decisiones no han caído bien en su partido, Avanza País, que ha empezado a reclamarle por sus actitudes populistas y arbitrarias.
Tras cerrar la Granja Azul por 14 días, e imponerle una multa superior al millón de soles, la congresista Adriana Tudela lo cuestionó por “abuso de poder” y le exigió que le remita información que sustentara la arremetida contra el mítico restaurante.
Esta semana, además, la autoridad edil deslizó la posibilidad de cerrar el Estadio Monumental “para la tranquilidad de nuestros vecinos”.
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Su anuncio no le duró ni un día y tuvo que retroceder en su intención tras recibir una ola de críticas, incluyendo las del club Universitario de Deportes, que expuso su ausente labor.
“Previo a cada partido, el club participa de reuniones técnicas en las que se delimita y detalla el plan de seguridad (...) sin embargo, en ninguna de ellas se ha contado con la presencia del alcalde de Ate ni de ningún representante de dicha municipalidad”, comunicó la institución.
Pero el servicio de masajes que se ofrece en el local de la autoridad edil no termina con el tronar de los huesos. Hay un siguiente nivel para los clientes que buscan un ‘final feliz’.
“Esto es un chongo”
Tras culminar con los masajes, el dueño se queda como si esperara preguntas. “¿Y hay ‘final feliz’?”, se le consulta. Primero se niega, dice que no sabe nada, pero no puede ocultar lo evidente.
Alrededor de Las Brisas de Ate, ubicado en el km 6.5 de la Carretera Central, impera la prostitución. En el parque Juventud, que mira hacia la puerta principal del emporio, decenas de mujeres ofrecen servicios sexuales. Están a la vista de todos.
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El hombre se va por el pasadizo y desaparece. Luego regresa y suelta los detalles. “Al salir de aquí pregunta por ‘Gato Negro’”, refiere. En la puerta del centro comercial las personas señalan el sitio en consulta.
Se trata de un prostíbulo clandestino. Está localizado en la prolongación de la avenida Javier Prado, a unos pasos de la Carretera Central.
Se accede por una puerta que lleva a unas escaleras hacia el segundo piso a plena luz del día. El acceso se confunde entre las ferreterías y las tiendas de la zona.
Al subir hay una puerta negra cerrada. En la parte de arriba una cámara de seguridad apunta a los visitantes. Se toca el timbre y una trabajadora sexual venezolana abre para la atención. Está vestida en prendas íntimas.
“Esto es un ‘chongo’; para entrar tienen que pagar dos soles”, dice. Las monedas se insertan en una rendija, como si fuera un videojuego.
Se ingresa a un pasadizo que lleva a pequeños cuartos de triplay numerados. En cada uno se paran mujeres para ofrecer sexo: S/45 por 20 minutos.
Por las características del lugar, es el mismo inmueble que en 2021 fue clausurado por el entonces alcalde Edde Cuellar. Con la gestión de Franco Vidal ha vuelto a resurgir.
Ninguna de las mujeres, la mayoría jóvenes de nacionalidad venezolana, da alguna señal de conformidad con su precario ‘centro laboral’. El piso está casi oscuro, solo alumbrado por una luz roja. Queda claro que están ahí en contra de su voluntad.
De pronto, tocan el timbre, la puerta se abre y entra un joven cargando bolsas con comida que reparte a las trabajadoras. Luego, sin mediar mayor diálogo, se va con rumbo desconocido.
Las calles en la urbanización Las Brisas de Ate están sumidas por ambulantes que ocupan las veredas y las pistas, y en cada esquina se aprecian montículos de basura.
Todo esto sucede mientras Vidal se concentra en intervenir comercios formales y en usar el TikTok para responder a sus críticos.
Este diario envió preguntas al alcalde a través de su prensa para conocer de su vínculo real con el negocio de los masajes, pero no contestó. Aunque deberá dar la cara a la Fiscalía, que lo compromete en un caso en el que está implicado su padre por usurpación de funciones
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