PUBLICIDAD
Tráfico de bebés en Cusco: Chats exclusivos revelan cómo operaba red criminal
Imagen
Fecha Actualización
“Tú sabes, es algo serio. Por el bien de ese ángel. Quiero la verdad por el bien de usted y mi tranquilidad también”, le replicó Fanny Hurtado Altamirano a Doris Rosa Huayhua Mamani por chat de WhatsApp, horas después del encuentro que tendrían. Ese domingo por la mañana, Huayhua le mencionó a su potencial compradora que tenía una sobrina embarazada que podía darle su bebé. Claro, siempre y cuando Fanny Hurtado pagara por él.
Era alrededor de las 6 p.m. del último 20 de agosto. Solo bastaron algunas llamadas y el depósito parcial de S/1,500 para que Hurtado consiguiese lo que tanto había anhelado: un hijo.
Ella ya tenía todo listo para recibirlo. En su domicilio yacía una cuna, ropa para recién nacido, pañales y jarabes. También leche en fórmula, la única opción que tenía para alimentar a ese bebé que no era suyo.
Nunca creyó estar haciendo algo malo. Comprar al menor de iniciales E.H.H.A. era su manera de salvarlo.
Así lo demuestran los mensajes a los que accedió Perú21. En ellos se evidencia las diversas transacciones económicas entre Huayhua y Hurtado, los cobros pendientes y el modus operandi que tenía una presunta mafia familiar de tráfico de bebés recién nacidos.
Imagen
UNA GRAN DEUDA
Para cuando el ‘hijo’ de Fanny Hurtado ya había cumplido una semana en su casa, ella aún tenía una gran deuda. No había cumplido con pagar el total de lo acordado a Doris Huayhua, por lo que esta insistía en cobrarle. Todo quedó registrado en los chats que intercambiaron.
“Quedamos en que me ibas a depositar el 31 (de agosto), ahora voy a quedar mal con la persona. Mis hijos se van a enojar. Si me das los S/4,500 yo ya me arreglaría con ella”, le dijo a Hurtado en una de sus últimas conversaciones el viernes 1 de septiembre.
“Seamos justos, nada más me metí en esto, creo que no hice nada malo, daré buena atención a este ángel de Dios; (le pagaré) en dos partes, el jueves una y al próximo la otra”, respondió la compradora a Huayhua, señalándole además que tenía muchas deudas. El bebé estaba enfermo y todo su dinero se lo gastaba en el pediatra.
Para ese momento, Hurtado ya había desembolsado por su ‘hijo’ al menos S/3,000. Los depósitos se hicieron en dos cuentas bancarias clave: la de Lizett Zambrano Huayhua y la de Rubén Mora Cuyuchi, tal como se visualiza en las capturas de los vouchers y ‘yapeos’ que se enviaban por chat las involucradas.
Ninguna de las dos sabía que esa sería una de sus últimas conversaciones y que la gran deuda no terminaría de pagarse.
Imagen
EN LA CLANDESTINIDAD
Doris Huayhua Mamani sabía que no podía fallar en su trabajo. Tenía todo fríamente calculado. La terminología con la que se comunicaba y el tipo de madre gestante que buscaba. Y no lo hacía sola.
“Candy, buenas noches, ¿todavía quiere muñequita esa señora?”, le preguntó Huayhua a su hija Candy Gutierrez Huayhua vía WhatsApp .”Sí. Yo creo que sí. Me dijo que sí era seguro”, le respondió. La manera en cómo se referían a los bebés variaba según su sexo. ‘Muñecos’ a los varones y ‘muñecas’ a las mujeres.
Esa es solo una de los cientos de conversaciones halladas en el celular de Doris, en las que se corrobora que esta captaba a mujeres gestantes que dudaban si convertirse en madres.
Doris les ofrecía resolverles el ‘problema’. No las alentaba a abortar, para alejar el sentimiento de culpa, sino a parir y a vender a la criatura. Cederlos al mejor postor.
El clan familiar estaba organizado. Tras captar a las gestantes, estas eran conducidas al lugar donde debían dar a luz.
A escasas cuadras de la Plaza Mayor del Cusco, en el segundo piso de un edificio ubicado en la calle Tres Cruces de Oro, se encontraba el Centro Obstétrico de Huayhua Mamani. Es ahí que aparece la obstetra Lizett Zambrano Huayhua, otra de sus hijas. Ella se habría encargado de certificar el nacimiento de los recién nacidos y, según la Fiscalía, también quien realizaba los abortos.
“¿Tienes muñeco? De cuatro, pequeño nomás quieren”, le preguntó Lizett a su madre. Esta le contestó que sí tenía, a S/700. “¿Es macho? ¿No tienes hembra?”, le insistió Zambrano. Doris Huayhua le respondió que no tenía, pero “Wendy sí”, haciendo referencia a otra de sus hijas, evidenciándose así la estrategia que utilizaban para comunicarse.
ALLANAMIENTO Y VARIAS DUDAS
Cuando Fanny Hurtado fue retenida el 4 de septiembre y confesó haberle comprado su bebé a Doris Huayhua, ella no estaba tan lejos del centro hospitalario Manco Cápac. En ese nosocomio se presentó como la madre del niño que debía pasar por su evaluación postnatal.
Tras su revelación, la Policía ubicó a quien la compradora conocía como “Rosa”, estaba por el centro comercial Súper Sol, en la urbanización de Ttio del distrito de Wanchaq. También se intervino a Rubén Mora, quien se encargó de entregar al neonato a Hurtado y, según los chats revisados por este diario, también derivaba a potenciales clientes con Doris Huayhua para obtener una comisión económica.
En el Centro Obstétrico donde Fanny Hurtado recibió a su hijo —el cual no contaba con licencia para operar— la PNP y la Fiscalía especializada en Trata de Personas de Cusco encontró todo tipo de evidencia: pastillas abortivas, vouchers de pagos, material para realizar partos. Incluso un altar con carbón.
El fiscal Paulo Rivera señaló que, por las pruebas halladas, esta red habría traficado con al menos 20 recién nacidos.
En la memoria del celular de Doris Huayhua Mamani, quien hoy está prófuga, se encontraron fotografías de fetos de diversos tamaños, de blíster de la pastilla Misoprolen y conversaciones alusivas a la compra-venta de bebés.
Un escenario que deja aún muchas dudas sobre qué tan grande podría ser esta mafia que traficaba con la vida de los más vulnerables.
VIDEO RECOMENDADO
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD