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[Opinión] Gonzalo Elías: Affectio societatis
[Opinión] Gonzalo Elías: Affectio Societatis
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Navegando por los mares de Pasamayo hace unas semanas, invitado por un amigo, notario, abogado y buen tablista, grata fue mi sorpresa cuando de pronto me contó que mi padre, quien falleció hace más de veinte años, les hablaba en clase de la importancia fundamental del afecto en el derecho. Como él era abogado y no psicólogo, esto llamó mi atención.
Mi amigo me habló del “affectio societatis”, concepto para referirse a la voluntad de las personas para mantenerse en sociedad, lo cual es un elemento necesario para la existencia de la sociedad misma: la voluntad de unión. Mi amigo me dijo: “tu viejo la tenía clarísima, en cualquier tipo de matrimonio, empresa, grupo u organización, si no hay afecto todo se va a la mier...”. El afecto es como la goma, pensé, que une en lo importante a las personas, si no están todos ahí por la plata o por el interés.
Esto, además de emocionarme, me hizo pensar en nosotros como sociedad. Creo que lo que nos tiene tan fragmentados y en conflicto es la falta de afecto. El afecto se genera al conocernos, al dejar de lado los prejuicios. “Uno ama lo que conoce...”.
El narcisismo de la cultura actual pone un énfasis desmesurado en la imagen, acentúa los prejuicios, nos vuelve aún más egocéntricos y nos incapacita para ponernos en los zapatos del otro.
Hablamos de polarización, de política, de economía, pero en el fondo es la falta de afecto lo que hace que todo se vaya al hoyo.
“En qué momento se jodió el Perú” es la clásica y triste pregunta que escuchamos desde hace décadas. Mi impresión es que el Perú siempre ha estado un poco jodido y a la vez es grande. Los peruanos, en general, somos de buen corazón. Lo dijo Ricardo Gareca el otro día, que es argentino: ‘el peruano es trabajador, deportista, afectuoso. Un pueblo maravilloso’. Por eso el deporte congrega, porque es uno de los pocos espacios donde está el afecto y la unión de por medio, después estamos todo el tiempo enfocándonos en las diferencias, en lo negativo. Y la prensa no ayuda.
Recordémoslo: cualquier vínculo, grupo, empresa o sociedad empieza por el “affectio societatis”. Si eso se pierde en el camino, todo se va a la mier…”.
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