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[Opinión] Camila Bozzo: Un gobierno sin reflejos
Pedro Castillo | Perú Libre | Vladimir Cerrón | “En el peor, será vacado de manera tan sumaria por sus verdugos que no tendrá siquiera tiempo para recoger sus pertrechos el mismo día de la ejecución (acordémonos de Kuczynski y Vizcarra)”.
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Por la seguidilla de decisiones desafortunadas y erráticas que ha adoptado desde la toma de mando, el presidente Castillo parece estar saboteando su propio gobierno. Es cierto que el escenario de la vacancia hoy se vislumbra lejano: el presidente todavía goza de legitimidad (tiene 48% de aprobación según la última encuesta de Ipsos) y aún sigue siendo difícil alcanzar los 86 votos que se requieren para la vacancia. Pero también es cierto que, a pesar de los cambios ministeriales, el gobierno parece estar coadyuvando activamente a su acelerado desgaste. Persiste en retener y en convocar a personajes sin idoneidad profesional ni moral, sigue cooptando el aparato público, y continúa asumiendo posiciones erráticas que no generan confianza.
Este gobierno podría enmendar el rumbo, apartar a los personajes cuestionados del entorno presidencial y convocar a tecnócratas y profesionales que puedan implementar políticas públicas con eficiencia y solvencia para frenar un desgaste que, por el momento, parece inexorable. No hay que tener condición de oráculo para saber cuál será el desenlace si es que sigue por el mismo derrotero. Basta pasar revista a la historia de confrontación, vacancias y disoluciones del último quinquenio o, más aún, basta hacer un repaso por la historia republicana (Billinghurst, Bustamante y Rivero y Belaunde) para saber que cuando un presidente tiene al frente una oposición consolidada y es incapaz de forjar alianzas, no podrá gobernar sin sobresaltos, en el mejor de los casos. En el peor, será vacado de manera tan sumaria por sus verdugos que no tendrá siquiera tiempo para recoger sus pertrechos el mismo día de la ejecución (acordémonos de Kuczynski y Vizcarra).
Si es que Castillo demoró tanto tiempo en romper su sociedad con Cerrón, fue, precisamente, porque temía que se asocie con la oposición para petardear su gobierno. Entonces, lo que tendría que haber hecho es forjar alianzas estratégicas con las bancadas de centro que le permitan gobernar. Pero todo indicaría que, hasta el momento, no lo ha hecho: la votación para aprobar por insistencia la ley que regula la cuestión de confianza (79 votos a favor) demuestra que la oposición está, más bien, consolidada y ahora incluso tiene a la facción más dogmática del cerronismo de su lado.
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