Durante la gestación, la mujer experimenta una serie de cambios físicos y psicológicos que, por lo general, pueden originar un vaivén de emociones repentinas y contradictorias entre sí, así como preocupación, tanto para la futura madre como para quienes la rodean.
Se estima que el 25% de las embarazadas experimenta algún tipo de malestar de carácter psicológico, de acuerdo con el “Informe mundial de la Salud Mental” de la OMS. La psicóloga clínica Kristell Pacheco sostiene que estas alteraciones emocionales quedan relegadas a menudo y que, al no ser tratadas a tiempo, podrían tener repercusiones en el bienestar integral de la madre y su bebé a largo plazo.
Un reciente estudio de la Universidad Politécnica de Hong Kong (2024) asegura que las emociones positivas durante el embarazo impulsan el desarrollo cerebral y las funciones cognitivas del bebé e influyen en la relación parental después del parto.
“El útero es el primer entorno emocional del bebé. La atención adecuada de la salud mental perinatal es clave para adoptar estrategias preventivas para manejar el estrés, el decaimiento anímico y la angustia frente a los desafíos de la maternidad, que reduce de manera significativa el riesgo de padecer cuadros de ansiedad o depresión posparto”, resaltó la especialista.
Bajo esta premisa, Babysec, en conjunto con la especialista, te brinda cinco consejos que favorecen la salud mental de las madres durante el embarazo:
- Practicar el autocuidado: Es importante fomentar espacios para que las madres gestantes puedan dedicar tiempo a actividades que nutran su cuerpo y mente, como el yoga prenatal, ejercicio moderado, reservar momentos para el descanso y la validación de sus emociones.
- Mantener una red de apoyo: Con sólida base en empatía, ser parte de la red de apoyo de las futuras madres —como pareja, familiar o ser querido— es fundamental para su bienestar. Este espacio seguro le permitirá compartir preocupaciones, celebrar alegrías, y encontrar motivación diaria a través del respaldo emocional recibido.
- Tener una alimentación equilibrada: Promover el consumo de una dieta rica en nutrientes esenciales como ácidos grasos, omega-3, vitaminas del complejo B y minerales como el hierro y el zinc, no solo beneficia el desarrollo físico del bebé, sino también contribuye al bienestar emocional de la madre. No obstante, es importante que acuda periódicamente a su médico de cabecera para recibir una orientación personalizada.
- Priorizar la empatía con la madre: Frente a posibles preocupaciones por ser una “buena madre”, -especialmente para las primerizas-, es importante evitar mensajes cargados de expectativas irreales, estereotipos limitantes o presiones familiares frente a esta nueva etapa.
- Buscar ayuda psicológica si es necesario: Si se presentan señales como tristeza persistente, cambios de ánimo frecuentes o insomnio, pueden ser indicadores de alerta para buscar ayuda profesional.
“Es importante superar las barreras que impiden buscar apoyo. Muchas mujeres postergan la consulta psicológica, ya sea por priorizar otras necesidades, por un sentimiento de culpa o porque creen -erróneamente- que estos malestares son pasajeros”, finalizó Pacheco.
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