Joven, serio, de voz retumbante. Chancón desde chico, según afirma. “Me dedicaba a los libros y aunque en la adolescencia me volví más extrovertido, era un ratón de biblioteca. Además, siempre respiré el ambiente jurídico y académico” confiesa. Sus padres, ambos profesores universitarios, abogados conocidos y con estudios propios, estuvieron muy cerca de la campaña de Mario Vargas Llosa y el Movimiento Libertad a finales de los 80 e inicios de los 90. “Mi hermano y yo crecimos escuchando de primera mano a muchos políticos de esa época. Conversábamos incluso con esos protagonistas y lo que me llamó la atención siempre fue el poder de las ideas”, sostiene Ghersi quien entonces tenía entre 6 y 8 años. Tiempo que describe como una infancia absolutamente privilegiada y feliz, aunque consciente de los problemas y desigualdades del Perú. Para Lucas Ghersi, fue Mario Vargas Llosa quien, a pesar de perder esa elección presidencial, transformó el país en la década de los ’90: “Sus ideas, finalmente, fueron las que primaron”, dice.
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Hoy, tras haberse hecho conocido con la movilización en el año 2021 en contra de una Asamblea Constituyente “porque consideraba que había una amenaza mortal a la democracia”, Ghersi advierte que el repentino giro en la política internacional del gobierno de Boluarte, denota su peligrosidad extrema. Desliza incluso, que al ser eso inaceptable, el Congreso podría hasta presentar una moción de vacancia presidencial.
La afirmación: Lucas Ghersi no se presenta a la presidencia porque no tiene aún 35 años, ¿es verdadera o falsa?
Yo creo que esa es una afirmación falsa. Yo acabo de tener un hijo, estoy felizmente casado y, como padre joven, tengo que priorizar mi familia. La política electoral, si bien me encanta y quizá surja en el futuro, no corresponde en este momento. De todos modos, te diría que no tengo aspiración de gobernar, que mis aspiraciones son más modestas y tienen que ver con la construcción de instituciones más democráticas y la consolidación del Estado de derecho.
¿Te consideras un político?
Bueno, a mí me tocó tener, en determinado momento, una participación pública bastante intensa. No soy miembro de un partido ni funcionario público, pero de todas maneras participo en el debate. Sucede que cuando vi que Pedro Castillo ganó las elecciones, percibí que había una amenaza mortal a la democracia, vi un proyecto autoritario en marcha y, aunque, mucha gente se burló, al final se confirmó esa vena autoritaria y lo que hicimos fue conformar un proyecto ciudadano para preservar la democracia desde la defensa de la Constitución. Era casi un deber patriótico.
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¿Qué pasó con esa iniciativa?
Las firmas se presentaron al JNE, hubo un proceso de verificación y luego pasaron al Congreso de la República. Firmas que respaldaban un proyecto de ley para decir que, en el Perú, de ninguna manera, podría haber una Asamblea Constituyente. Un tema que ya no es prioridad porque ya no está en la agenda, pero con el que se logró hacer un trabajo de movilización política que demostró a la izquierda que teníamos esa capacidad. La izquierda considera que tiene un montón de calle y la derecha no. Es una relación de desprecio, donde la izquierda subestima y menosprecia a la derecha. Con eso nosotros les mostramos que tenemos calle, que estamos más movilizados y más organizados.
¿Crees que fuiste una piedra en el zapato para Pedro Castillo?
Si, seguramente que sí. Organizamos, en defensa de la Constitución, marchas con cientos de miles de personas en la calle. Una de ellas, el día clave que fue el 5 de noviembre de 2022.
¿Qué piensas de la izquierda peruana?
Yo a la izquierda peruana la veo como una izquierda que se basa en consignas, sin tener una autonomía sobre lo que va a decir. Es un grupo muy poco espontáneo, acotado por una fuerza externa basada en lo que piensa el comisario político.
¿A quién identificas como el comisario político, ahora?
El embajador de Cuba, el señor Zamora, que es una persona con una formación importante, seguramente es quien coordina al alto nivel político con Vladimir Cerrón. Pero ojo, esa es la izquierda más popular, la izquierda que tiene capacidad de operación política, la extrema izquierda que es el sector más grande e influyente de la izquierda peruana. Luego hay muchas otras vertientes.
Sin embargo, vivimos en una completa polarización.
Sí, porque dentro de la polarización están los sectores de izquierda antidemocráticos alineados con el Foro de Sao Paulo y alineados con el gobierno de Maduro, mientras que al otro lado hay diversos sectores de centro derecha, principalmente democrática, aunque con sus desafíos y problemas.
Entonces, ¿la izquierda más popular es antidemocrática?
Lamentablemente no han resuelto ese problema.
¿Y en la derecha no encuentras radicalismos?
No en la misma dimensión. Digamos, hay prácticas políticas en derecha que son absolutamente execrables también, malas prácticas, corrupción habrá, pero no se puede hacer una equiparación porque la izquierda en el Perú si está defendiendo a las dictaduras de América Latina, si está pidiendo una Asamblea Constituyente que es el mecanismo para concentrar el poder.
¿Sientes a veces vergüenza de la derecha?
Si, por supuesto, claro. El Perú para mi es bien predecible porque si lo analizas electoralmente, la sierra sur siempre vota por la izquierda dura. El norte, vota de manera consistente por el fujimorismo y hay un tercio urbano, clasemediero-no fujimorista concentrado principalmente en Lima. Pero el problema de ese tercer tercio es que es muy narcisista, muy desconectado, muy frívolo y además dividido y subdividido hasta el extremo. Yo me ubico por default y por demografía, en el tercio de la derecha no fujimorista.
¿Eso quiere decir que estas en desacuerdo con quien fue Fujimori y su gobierno?
Hay matices grises entre defectos y virtudes, pero con muchas cosas que hizo Fujimori sí estoy de acuerdo.
¿Con qué aspectos no tranzas?
Yo he sido muy crítico siempre del golpe del 5 de abril.
¿El golpe lo convierte en dictador, en tu opinión?
Fue un periodo muy corto de concentración del poder, porque rápidamente se llamó a la Asamblea Constituyente de 1992 y se restableció la democracia. Fue un error, así como las sucesivas reelecciones. El caso es que yo prefiero decir que fue un gobierno con rasgos autoritarios y, sin embargo, Fujimori es un símbolo en nuestro país, porque simboliza la desestructuración del legado estatista, fracasado, disfuncional, del Gobierno Revolucionario de las FF.AA. y sienta las bases del Perú pluralista, integrado al mercado y con democracia institucional, que tenemos ahora. Yo creo que su memoria histórica es sumamente positiva, reconociendo los errores y faltas graves que cometió.
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¿Qué debe arreglarse en el Perú, para salir de la crisis actual?
En el Perú tenemos un 80% de informalidad, es decir un 80% de personas sin seguro, sin pensión, sin regulación laboral. Es decir que el país funciona solo para un 20% privilegiado y ese es el gran desafío, la inclusión en el proyecto de país, en el sistema jurídico. Por otro lado, si solucionamos el problema de la fragmentación legislativa con un sistema de representación uninominal que ya se ha propuesto en el Congreso, pero no se aprueba, de la noche a la mañana se transformaría —para bien— el sistema político del país. Esa es la reforma más importante que puede tener ahora el Perú.
¿Por qué crees que hoy, entre tantos posibles candidatos, nadie se muestra con hambre real para gobernar?
Quizá porque es demasiado pronto. Seguro todos están esperando el momento de darse a conocer, porque nadie quiere ser el favorito de la etapa inicial porque a ese favorito históricamente le va mal.
Y mientras tanto, ¿este gobierno crees que es peligroso?
Si. Este es un gobierno fragilísimo y extremadamente peligroso. A ver, la gente de izquierda radical tiene una formación, no es gente improvisada. Es gente con formación y doctrina y parte de la formación que reciben es el engaño. Un ejemplo es Fidel Castro, que cuando asume el poder en Cuba dice que no es comunista, de hecho, dice ser proyanqui. Yo creo que Dina Boluarte ha engañado a la mayor parte de la derecha peruana, disfrazándose de una persona moderada que estaba convocando gente independiente, pero los hechos demuestran que en el fondo el manejo de la situación lo tiene todavía la gente vinculada a Perú Libre y prueba de ello es que Vladimir Cerrón todavía no ha sido capturado y prueba de ello es que el Perú cambió su relación de asuntos internacionales 180 grados, con la posición ante la dictadura de Venezuela. Yo creo que Cerrón destituyó a González-Olaechea y cambió 180 grados la posición internacional del Perú.
¿La peligrosidad de Pedro Castillo es equiparable a la de Dina?
Yo creo que la peligrosidad de Dina es menor, pero existe. Digamos que la defensa de la democracia es una lucha permanente y por eso hay que estar vigilantes. De hecho, considero que este viraje debería verse en el Congreso con una interpelación al ministro del Interior y si no satisface una moción de censura. Podríamos inclusive estudiar la posibilidad de una moción de vacancia presidencial, porque es inaceptable este cambio.
Datos del Personaje
Profesor Universitario. Dicta clases en la U. Católica, la U. de Lima y la U. San Martín. “Eso me motiva y estoy en este momento dividido entre la familia, las actividades académicas y mi trabajo como abogado”.
Tribunal Constitucional. Trabajó mucho tiempo en el órgano supremo de control constitucional. Desde practicante. “Experiencia muy bonita como funcionario público”.
Cursó una maestría en Derecho, en la Universidad de Chicago.
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