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Primeros auxilios psicológicos: Ataques de pánico
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Fecha Actualización
Episodio 7
El pánico es un episodio bastante complejo en el que solemos sentir síntomas, tales como: sensación de pérdida de control, ahogo, mareos, visión borrosa, temor a perder la razón, aceleración del ritmo cardiaco, miedo generalizado, etc. Estos síntomas suelen presentarse de manera conjunta y con alta intensidad; acompañando a toda esta experiencia, surge también el temor (razonable) de que esto podría volver a pasar.
Y, aun cuando el pánico es muy intenso, su duración es relativamente corta. No obstante, es muy importante que, las personas que lo experimenten, puedan también realizarse un análisis médico pues, en algunos casos, podría tratarse de una condición específicamente médica y no psicológica.
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Si tú experimentas pánico, recuerda lo siguiente:
1. Nadie muere de pánico, pues el pánico es una forma extrema de ansiedad, y nadie muere de ansiedad (esto sólo sucedería si hay alguna deficiencia médica o cardiaca).
2. Así como sube, baja. El pánico alcanza el pico de ansiedad de manera muy rápida, y genera mucho temor; no obstante, esta sintomatología también decrece de manera rápida.
3. Puedes regularte tú mismo/a por medio de los siguientes tres auxilios psicológicos:
Respiración. La base del descontrol, falta de aire y aceleración cardiaca, no es solo lo que pensamos, sino también, nuestra respiración. Es importante que puedas desarrollar formas de respirar largas y pausadas para poder regular los síntomas que aparecen.Mindfulnss – conciencia plena. Realiza esto focalizándote en tu respiración o en algún estímulo visual que pueda sacarte el círculo de pensamientos que retroalimentan el pánico durante el episodio. No te juzgues por pensar o por tener dificultades para alejarte de los pensamientos.Prevención. Si sufres de pánico, es muy importante que puedas buscar ayuda profesional para que puedas desarrollar la mayor cantidad de herramientas posibles para afrontarlo. No esperes a tener un nuevo ataque para hacerlo, el mejor momento es cuando estás estable.
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Había aprendido a desarrollar una relación distinta con los episodios de pánico que la acompañaban. Antes se dejaba llevar por las ideas de alto temor que sentía y se focalizaba en los síntomas tan extremos que la aquejaban, como resultado de ello, generaba un refuerzo constante de lo que sentía, y, por ello, la ansiedad escalaba más. Ahora, sin embargo, logra focalizarse solamente en su respiración, dando espacio a que sus pensamientos no disparen mayor ansiedad, también ha dejado de interpretar sus síntomas físicos pues se apoya en la conciencia plena para distanciarse de aquellas ideas.
Si necesitas ayuda, puedes visitar: sentido.pe
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