PUBLICIDAD
[Opinión] Patricia Teullet: ¿Invertir mientras vemos quién saca a quién?
Imagen
Fecha Actualización
En su presentación en CADE, Waldo Mendoza comparó al Perú con un velero en altamar. Siendo una economía pequeña y abierta, su avance será bueno “porque tiene buena vela, porque tiene buen piloto o tiene suerte con los vientos”. Así, el Perú avanzará bien porque tiene un buen modelo macroeconómico, porque tiene buen presidente, buenos ministros, o porque tenemos suerte en las condiciones internacionales.
Mencionó luego que el modelo de desarrollo persiste, las condiciones internacionales están en contra “pero lo más preocupante es la gestión pública” y dio algunos ejemplos de cómo se deterioran las condiciones del país y el clima de inversión, afectando el crecimiento y bienestar.
La metáfora es acertada, pero tal vez lo que más llamó la atención fue el énfasis que puso en el crecimiento del PBI per cápita como condicionante del nivel de bienestar de la población, minimizando la importancia de cualquier otra variable, llegando a decir que “los programas sociales son socios minoritarios para el bienestar”, y mostrando que incluso los indicadores de salud y educación están relacionados con el PBI per cápita: a mayor riqueza del país, mejor estará su población en todos los indicadores de bienestar.
La hipótesis puede haber sorprendido a algunos, pero básicamente destaca la relevancia de la inversión privada para la población: su impacto en el crecimiento, el empleo, la recaudación y la reducción de la pobreza. Por ello, sostuvo: “Estamos obligados a crecer”. Y la vía para crecer es la inversión privada.
El problema es que la incertidumbre política impide que se genere esa inversión. Se ha perdido la confianza en el país.
Todavía estoy dándole vueltas al mensaje en una coyuntura que bien puede llamarse “Quién saca a quién” cuando enciendo el televisor y me doy con la desagradable sorpresa de que el entrevistado es Vizcarra, el mismo que confabulara con el Congreso para precipitar la caída de Pedro Pablo Kuczynski. No contento con esta hazaña, luego, con una interpretación que no tenía de dónde asirse, decidió que había algo llamado “negación fáctica” y logró cerrar al mismo Congreso que lo había colocado en la presidencia. Al poco tiempo, comenzaron a aparecer una serie de denuncias de corrupción que aún están en investigación.
Y, justamente cuando hay que buscar soluciones contra la incertidumbre política y el mal gobierno, ese es el personaje al cual alguna prensa acude a pedir opinión sobre los grandes problemas que enfrenta el país.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD